MANIFIESTO AL PUEBLO PORTUGUÉS
SOBRE LA CRISIS MUNDIAL
La humanidad atraviesa una crisis de civilización. La más
profunda desde la disgregación del império romano de Occidente.
Es una crisis global-política, económica, militar, cultural,
ambiental.
Un sistema de poder que utiliza el enorme potencial tecnológico y
financiero de los EE UU desarrolla una estratégia planetária de
contornos fascizantes.
La llamada globalización neoliberal funciona como parte integrante e
instrumento de ese sistema de poder imperial. Pretende presentarse como
fenómeno autonomo que se habria desarrollado al margen de las
ideologias, generado por la lógica de mercado por él sacralizado
como fuerza universal, inmanente e incontrolable, situado por encima de la
razón humana y de los Estados.
Esa inverdad oculta una peligrosa realidad. Como afirmó Thomas Friedman,
que fue asesor de Madeleine Albright, al proceder a la apologia de la
globalización, esta solamente existe y avanza por tener como
sostén un «puño invisible» que tiene nombre: «el
ejército, la marina, la fuerza aérea de los EE UU».
Ese sistema imperial, cuyo polo se localiza en Washington, se apoya en una red
de complices. Tiene aliados. Son ellos el gran capital y los gobiernos de
unos veinte paises, los de la Unión Europea (pese a muchas
contradicciones) de Japón, de Canadá, de Austrália e
Israel. Ese conjunto de países representa menos del 15% de la poblacion
de la Tierra pero consume o controla el 85% de la riqueza mundial producida.
La imposición de las políticas neoliberales por el polo del
poder, a los pueblos de la periféria se encuentra en el origen de la
presente crisis de civilización. Las guerras de agresión,
inseparables de la obtención y control estratégico de los
recursos naturales son generadas por la misma lógica del sistema.
El lenguaje que justifica la violencia es perverso. Las agresiones son
perpetradas supuestamente para preservar la paz y la democrácia. Eso
fue lo que ocurrió en la primera guerra del Golfo, con la
intervención en Bósnia, con el desmembramiento de Yugoslavia, el
bombardeo y ocupación del Kosovo, la invasión de Somália,
el aval al genocídio del pueblo palestino, la agresión al pueblo
de Afganistán.
La instalación de un cordón de bases militares estadounidenses en
Ásia Central acompaño, desde el Caucaso a las fronteras
occidentales de China la penetración de gigantescas transnacionales; los
misiles que destruyeron las ciudades afganas y alli aniquilaron poblaciones
indefensas, «defendian» sus intereses.
La lógica del engranaje hace de la agresividad una necesidad permanente.
El sistema de poder no podria mantenerse sin una violencia endémica.
El terrorismo de Estado norte-americano pasó a una condición de
supervivencia. Una de sus componentes fundamentales es la
neutralización y manipulación de las consciencias a través
del bombardeo desinformativo que precede cada guerra de agresión.
En este momento el blanco prioritário es Irak, satanizado, de prontos,
como amenaza a la humanidad. Bagdad, al aceptar el retorno incondicional de
los inspectores dela ONU demostró que no dispone de armas de
destrucción masiva. Los EE UU, sin embargo, presentaron inmediatamente
nuevas exigencias. Quieren la guerra, quieren destruir Irak, quieren controlar
su petroleo.
George W.Bush, vocero del engranaje, no oculta que las agresiones
proseguirán. En su «Eje del Mal» incluyó Irán y
Corea del Norte. China se siente amenazada.
La escalada agresiva de los EE UU trae a la memoria, en un contexto
histórico muy diferente, la del Reich nazi, iniciada con la
anexión de Austria, proseguida con la reivindicación de los
Sudetos, Munich y la destrucción del Estado Checoeslovaco, la
invasión de Polonia y la Segunda Guerra Mundial.
Los gobiernos de los países ricos son complices de esa estratégia
peligrosamente irracional. Los pueblos la rechazan. Su resistencia
encontró expresion en jornadas como las de Seattle, Praga, Melbourne,
Quebec, Barcelona, Genova y otras, y tambien en Foros como el Social Mundial,
por dos veces reunido en Porto Alegre.
Esos movimientos cumplieron un papel importantísimo. Mobilizaron
millones de personas en la contestación a la globalización
neoliberal, confirmando que los pueblos, como sujeto real de la história
repudian el monstruoso proyecto de sociedad que pretenden imponerles,
transformandolos en objecto de una dictadura mundial del capital.
Eses grandiosos movimientos y Foros Sociales demuestran la existencia de una
fuerte voluntad de resistir. Todos estamos de acuerdo con el lema «Otro
mundo es posible». Pero cual? Cuando se formula la pregunta enpiezan
las dificultades. No es lo mismo «llegar a un acuerdo para la
acción contra el enemigo común» (una formula de Marx) y
coincidir en lo que se desea como resultado de esa acción. Las
coincidencias terminan en el momento en que cada uno intenta explicar lo que
entiende por «otro mundo es posible».
Dos grandes tendencias, contraditórias, son identificables.
Una de ellas parte de la convicción de que una reforma del capitalismo
es viable. Sus defensores reconocen que se profundiza la contracción
entre la apropriación privada por una reducida minoria de las riquezas
producidas y la socialización creciente de la producción.
Jamás la desigualdad entre los hombres ha sido tan chocante como ahora.
Pero creen que esa situación puede ser cambiada dentro del mismo
sistema, que este podria ser reequilibrado y humanizado. Sostienen que una vez
que el "socialismo real" ha fracasado y la revolución seria,
ahora, una impossibilidad absoluta, la izquierda no tendria otra opción
si no luchar por reformas del "capitalismo real".
La otra tendencia apunta para la confrontación con el sistema. Durante
un debate reciente ,en Padua, en Italia, Toni Negri y la canadiense Naomi
Klein han asumido con claridad las dos posiciones. El italiano sugerió
un camino que excluye la lucha por la toma del poder; la canadiense se
pronunció por «acciones directas y no simbólicas».
El pensador marxista español Sanchez Vasquez, en un testimónio
publicado por el diário mejicano «La Jornada» sintetizó
esa dualidad afirmando que una gran parte de la izquierda renunció al
marxismo como alternativa al capitalismo, «situandose en cambios posibles
dentro del sistema, pero perdiendo la perspectiva de que la alternativa
verdaderamente emancipatória tiene que venir de un sistema que destruya
las bases fundamentales del capitalismo».
Esta dualidad de perspectivas antagónicas figura en el cerne de un
debate que, sobretodo en Europa, asume enorme significación.
En los ultimos años partidos obreros con grandes tradiciones han
renunciado a los programas revolucionários, integrandose progresivamente
en el sistema, aliados de partidos que imponen políticas liberales desde
el poder. Algunos renunciaron al marxismo, optando por la social
democrácia, otros declaran luchar por la renovación del marxismo.
El marxismo es, obviamente, una ideologia dinamica y no estática. Deve
estar en permanente renovación, en la teoria y en la practica. Pero su
renovación creadora es incompatible con la integración en el
sistema de los partidos comunistas. El marxismo no puede renovarse renunciando
a valores, princípios y objectivos que hacen parte de su esencia
revolucionária para adoptar ideas, proyectos y formas de
actuación propias del capitalismo.
Al contrário de lo que afirman las fuerzas al servício del
capital, la era de las revoluciones no terminó. La capacidad demostrada
por los movimientos sociales para mobilizar millones de personas, incluso en
los EE UU, confirmó la disponibilidad de los pueblos, como sujeto de la
história, para luchar contra el proyecto de sociedad a la que el
imperialismo quiere someterlos como objectos de una dictadura mundial del
capital en el ambito de una militarización gradual de la Tierra.
La confusa pero frenética teorización sobre la muerte de las
ideologias que, al satanizar a la Unión Soviética, criminaliza
globalmente todas las revoluciones, es hoy parte de una ofensiva desarrollada a
nivel mundial contra los partidos comunistas que se mantienen fieles a sus
princípios.
Politzer ya decia que «en el espírito crítico, la
independencia intelectual no consiste en ceder a la reacción, si en no
ceder».
La supervivencia de la Revolución Cubana al más duradero y cruel
bloqueo de la historia, la heroica lucha del pueblo palestino, el combate de
las FARC colombianas nos confrontan con los limites del poder imperial,
demostrando que, en determinadas circunstancias históricas es posible
resistir, si es necesário por las armas, a la más poderosa
potencia mundial.
En un oportuno ensayo sobre el renacimiento del comunismo, el filosofo
francés Georges Gastaud subraya que en la gigantesca lucha de los
explotados contra los explotadores, el contenido de clase del universalismo
contemporaneo coloca a la humanidad frente a objectivos que por su significado
revolucionário eran inimaginables hace pocos años. Así
es un ejemplo en el combate a la globalizacion imperial, en
Europa, la meta para los comunistas lucidos deve ser transferida de la
«reforma de la Unión Europea para la ruptura con Maastricht, Nice y
Amsterdam, para la ruptura con la moneda unica gestionada por el Banco de
Frankfurt y con el ejercito profesional tutelado por la OTAN».
Por otras palabras, para rupturas que conducirian a una crisis global a la cual
el capitalismo no podria resistir. El resultado final seria la
destrucción del sistema de poder que representa hoy dia una amenaza a
la misma supervivencia de la humanidad.
El filosofo no entra en generalizaciones. La ruptura, tal como la concibe,
sería el desenlace de multiples acciones diversificadas en el espacio y
el tiempo.
Los defensores del movimientismo se olvidan de que todas las grandes
revoluciones, antes de iniciadas se presentaban como imposibilidad casi
absoluta. Sin embargo ocurrieron.
Olvidan tambien que sin organización revolucionária no puede
haber revolución. Es romantica la ilusión de que, por si sola,
la dinamica de los movimientos sociales y de los grandes foros que condenan los
efectos de la globalización capitalista nos acercará al objectivo
condensado en el lema humanista «Otro mundo es posible».
La história no se repite. Pero, como las causas que han determinado las
grandes revoluciones no han desaparecido, la revolta organizada de los
explotados contra el sistema de poder que nos amenaza con una ditadura militar
planetária fasciszante se presenta como exigencia de la história.
En esa rebelión contra el sistema cabe a los partidos
revolucionários comunistas cumplir un papel irremplazable en el combate
al enemigo comun y en la contribución para la estratégia adecuada
para mobilizar, armar ideologicamente y organizar para la lucha la inmensa masa
de proletários de nuevo tipo, hoy mayoritaria en el planeta.
La renovación creadora del marxismo conduce al fortalecimiento del
ideal comunista y nunca a la capitulación del partido
revolucionário. Apunta para la continuación del camino abierto
por Marx y Lenin, para el asumir de la herencia que viene de los
sans culotte
, de la Comuna de Paris, y de la Revolución de Octubre de 1917,
satanizada por los enemigos del progreso de la humanidad.
El futuro de Portugal es inseparable del rumo que la historia venga a seguir.
El desenlace de la crisis de civilización que vivimos es de momento
impredecible. El destino del pueblo portugués depende del resultado de
las grandes luchas que se aproximan y que involucran a toda la humanidad.
Nuestro pueblo debe asi asumir, en ese choque de fuerzas antagónicas, el
papel que le compite a quien fue el sujeto de la Revolución de Abril.
No es fácil la taréa. País periférico y retrasado,
Portugal está integrado en la Europa de los 15, una comunidad artificial
de Estados economicamente desiguales, política y militarmente alineados
,en lo fundamental, en situacion de dependencia, con la estrategia del sistema
de poder imperial que hegemoniza el planeta.
Un estado y un gobierno vasallos son arrastrados por una falsa comunidad cuyas
decisiones tomadas a la revelia de los pueblos reflejan, sin embargo, la
voluntad de la potencia imperial.
Mass media que provocan la enajenacion, instrumentos de control social- hacen
lo posible para desinformar al pueblo portugués. Le presentan las
guerras imperiales de agresión a pueblos indefensos como acciones
éticas, indispensables a la defensa de la paz, de la libertad , y de la
democracia.
La mentira asume tales proporciones que el sistema de poder que promete
eliminar de la Tierra el terrorismo, militariza el planeta a través de
una estratégia de terrorismo de estado que hierarquiza los pueblos y
los divide en buenos y malos.
Es urgente denunciar la revisión de la história y desmontar la
monstruosa inversión del real que embrutece y anestesia, entre otros, al
pueblo portugués.
En estas semanas en que el Presidente Bush reafirma su decisión de
transfrormar Irak en blanco de la proxima guerra de agresión imperial,
el protesto contra la utilización de la Base de Lajes como plataforma
para el ataque a ese pueblo árabe es imperativo de defensa de la
dignidad nacional asi como el rechazo de la participacion de elementos de
nuestras Fuerzas armadas en una segunda guerra del Golfo.
El asalto a la razón asume formas tan absurdas que el engranaje de poder
mas peligroso que la humanidad conoce desde el III Reich nazi se presenta como
mensajero del bien y peldaño superior de la democracia.
Pero la historia no ha acabado. La marea de la resistencia de los pueblos
sube, aunque lentamente. La batalla es de toda la humanidad. En ella el pueblo
de Abril está presente.
Lisboa, 14 octubre de 2002
Los nombres de los firmantes están en
http://resistir.info/manifesto/manifesto_assinaturas.html
Traducción del original portugués de Ana Maria Tavares Rodrigues
|